jueves, 30 de mayo de 2013

Sociedad y ambiente, concepciones y paradigmas

Conceptos y definiciones sobre ambiente

Más allá de la diferencia etimológica entre ambiente, medio ambiente y medio, que se utilizan en el idioma español como traducción de “environment”, el significado de los mismos se tomará, a los fines de este trabajo, como sinónimos.
Las siguientes son algunas aproximaciones a la definición de Ambiente - Medio Ambiente- Medio: “Medio Ambiente se refiere a esas múltiples y complejas relaciones entre el hombre y la tierra que se desarrollan en el tiempo y se extienden en el espacio entre el hombre y la Tierra.” (Durán D. y Lara L., 1994:1)
Otras definiciones dan mayor énfasis a la relación hombre- naturaleza introduciendo en mayor grado el aspecto social.
“... el ambiente podría definirse como un sistema dinámico de interrelaciones, entre las sociedades humanas y su medio de vida, donde medio de vida comprende los recursos y el espacio, y las sociedades humanas incluyen a los individuos, poblaciones, su estructura social y su modo de organización colectiva. El Ambiente, es entonces el resultado de las interacciones entre los sistemas sociales y naturales”. (Tratado de Cooperación Amazónica, 1988:204)
Según R. Fernández “Se ha definido al “medio ambiente” como un campo teórico en el que se inscriben las problemáticas en la articulación sociedad/ naturaleza. El concepto en sí de “medio ambiente” alude a aquello que ya no es ni sociedad ni naturaleza sino su interrelación a partir del otro.”(Fernández R., 1994:8)
Para E. Leff “...el ambiente es concebido como una totalidad conformada por un espacio teórico constituido por diferentes paradigmas transformados por el saber ambiental--, al campo político, donde las estrategias diferenciadas de apropiación de la naturaleza están imbricadas en estrategias discursivas que van desde la teorización y los imaginarios sobre la naturaleza, hasta las prácticas de apropiación, producción y transformación del ambiente orientado por los principios de la sustentabilidad.” (Leff, E., 1999).
Mediante estas definiciones se busca encontrar el límite entre el individuo o comunidad y su exterior, aunque a veces ello se dificulta por la complejidad de las interrelaciones, lo que hace que para algunas disciplinas no les sea fácil limitar el objeto de estudio, y por eso la necesidad de enfocarlos como estudios interdisciplinarios.

Los nuevos paradigmas y el problema ambiental

A lo largo de su historia la sociedad occidental fue modificando su relación con la naturaleza de acuerdo a la concepción dominante en cada uno de sus periodos históricos. Los fundamentos de la mecánica clásica, basados en las ideas de Newton, originan una fe desmedida en los logros de la ciencia. Así la razón, la ciencia, la técnica y el trabajo del hombre podían construir su entorno a voluntad e incluso someter el universo entero a su servicio. Esa concepción es, con algunos matices, la que dominó la idea de organización de la sociedad occidental hasta nuestros días. Esta idea de organización basada en formas de producción, de consumo y acumulación, que no tienen en cuenta los problemas que puedan surgir en el ambiente que la sustenta, porque la ciencia, la técnica y el hombre todo lo puede solucionar. Con la denominada “Globalización”, se ha trasladado la idea a la mayoría de las culturas del planeta, generando consecuencias negativas en distintos aspectos, entre ellos los problemas ambientales.
Comúnmente a cualquier alteración del medio se la reconoce como un “problema ambiental”, pero más allá de la expresión observable al que comúnmente se hace referencia; algunos autores han tratado de ahondar en las causas de los problemas ambientales, entre ellos se encuentra Leff E., que dice al respecto:
"La problemática ambiental, más que una crisis ecológica, es un cuestionamiento del pensamiento y del entendimiento, de la ontología y de la epistemología con las que la civilización occidental ha comprendido el ser, los entes y las cosas; de la ciencia y la razón tecnológica con las que ha sido dominada la naturaleza y economizado el mundo moderno". (Leff E., 1999).
Diversos autores (Morin E., et al., 1999; Fernández R., 1994; Shiva V., 1996, Escobar A., 1999) han venido señalando esas consecuencias negativas y configurando al mismo tiempo un espectro de nuevos paradigmas que cuestionan los lineamientos actuales por los que se rige la producción, la economía, el desarrollo social en relación con su medio ambiente.
Las respuestas a los problemas ambientales se buscaron en los nuevos paradigmas, ellos son los que guían la el camino para construir nuevas alternativas en la relación sociedad - naturaleza.
“Paradigma” (proviene del griego: parádeigma; de paradeiknymi, mostrar, manifestar). En la sociología de la ciencia, “Paradigma” corresponde al modelo o patrón de una sociedad; mediante él se fijan los límites por los cuales se rige una sociedad en una época determinada.
Un cambio de “paradigma” significa una reestructuración de los esquemas sociales. Ello se da cuando al intentar resolver las problemáticas del presente, el paradigma vigente falla en la resolución, y al ponerse en tela de juicio, obliga a buscar nuevas formas de concebir el futuro. Es entonces desde esa nueva percepción del mundo que se establecen nuevas maneras de accionar en el presente. Según Fernández, R. (1999), existirían diversas vertientes del saber, que parecen converger en la formulación de una ruptura epistemológica, que traería aparejado la postulación de un nuevo paradigma. Entre ellas el autor menciona las siguientes:
1-Las teorías de la termodinámica
2-Las críticas ecológicas de la economía
3-Las teorías de sistemas complejos
4-Las teorías de construcción genética del percibir y conocer
5-Las proposiciones de la antropología cultural y la etnodiversidad
6-Las proposiciones de la sociología del riesgo
7-Las proposiciones de la geografía del biorregionalismo
Así, estas construcciones teóricas constituyen un potencial para engendrar nuevos paradigmas y su aportación en la integración de un paradigma ambiental caracterizable como“macro paradigma ”(Fernández R.,1999),con respecto a los anteriores.

Relación sociedad-naturaleza

El hombre moderno occidental se fue apartando de su relación directa con la naturaleza. Morin lo explica de la siguiente manera: .”..el hombre ha creado nuevas esferas de vida: la vida del espíritu , la vida de los mitos, la vida de las ideas, la vida de la conciencia. Y es al producir esas nuevas formas de vida, que dependen del lenguaje, de las nociones, de las ideas, alimentando el espíritu y la conciencia, que progresivamente se vuelve extraño al mundo viviente y animal.”(Morin E., et al., 1999:60) En ese sentido, son las sociedades y sus culturas las que “construyen” el concepto de la naturaleza, de la cual el hombre es biológica y psicológicamente dependiente. Así, Escobar A. (1999), cuenta que los antropólogos han documentado que muchos grupos sociales que viven en localidades no modernas y que no pertenecen a la cultura occidental, dan un significado a su entorno natural, que engloba los aspectos biofísico, humano y supranatural, que contrasta con la forma más comúnmente aceptada de ver la naturaleza por la sociedad moderna occidental , que la ven como una fuente externa a los humanos y de la que éstos se pueden apropiar de la forma como les parezca. La sociedad, y la relación que se establece entre individuos y su entorno, influenciada por la ideología dominante en cada momento de su historia, la que define el vínculo con el medio ambiente que lo rodea, en lo que hace a sistemas de producción y desarrollo. La idea predominante en nuestros días, dada por el modelo económico neoliberal, establece las siguientes características en esa relación sociedad - naturaleza:

El individuo y la sociedad

En la sociedad occidental actual, prevalece la visión individual. Al respecto, Escobar sostiene "Uno de los constructos claves de las sociedades occidentales es el del individuo. (...) la doctrina liberal encierra una noción de “individualismo posesivo” que no sólo se hizo predominante sino que ha tenido uno de los efectos distributivos más poderosos. De acuerdo con esta noción, el individuo, y solo hechos y normas expresadas en términos del individuo, son la base del orden social. Desde el inicio de la etapa capitalista hasta la época neoliberal de las dos últimas décadas, no se ha parado de naturalizar progresivamente este orden. La sociedad pasó a ser considerada como una asociación de individuos libres, sobre todo cuando entran en las relaciones de mercado.(...)”(Escobar A., 1999). El individuo tiene una visión fragmentada de su rol protagónico en el vínculo hombre- naturaleza. Ello dificulta que el reconocimiento de las relaciones que tiene su forma de vida y todo lo que ello implica, con los demás procesos naturales. Esa visión también dificulta su relación con otros individuos porque: “Quien no ve el entorno como algo vivo y autosustentado sistemáticamente, tampoco ve al otro, al del lado, al que también quiere ser él y abrirse camino en medio del desorden imperante, no reconoce alteridad alguna. Este sujeto encaminado hacia un individualismo sin referente social, aún inserto en la pre- modernidad, ni siquiera logra verse así mismo”. (Rojas Hernández J.,1999).

Los estilos de vida y el alejamiento de la naturaleza

El consumismo de la sociedad actual, influenciado por la maquinaria propagandística y las ansias de confort, resaltan más las características del individualismo dentro de una sociedad. Al respecto Voloschin explica algunas consecuencias "..el hombre es socializado en una cultura donde predomina el “consumo directo”, su relación con el medio ambiente es de usufructo. Se descalifica el esfuerzo empeñado en la obtención del producto que satisfaga la necesidad. Se privilegia el “objeto a consumir”. Su obtención tiende a satisfacer tanto necesidades de orden material como psíquicas. Se valoriza la rapidez del proceso “deseo- necesidad- satisfacción". (Voloschin C.,1994:85) La urgencia de la vida cotidiana en las grandes ciudades, ha influenciado en la falta de reflexión en la relación individuo-sociedad-naturaleza, y generado algunos conflictos, como lo expresa Voloschin “La urgencia de la vida cotidiana, en un mundo de progresiva pauperización limita las posibilidades del adulto para conectarse con necesidades de orden social que implican una participación diferente y para la cual no se encuentra disponible.” (Voloschin, C., 1994:83).

La economía de mercado

Tiene como principio rector la mercantilización de los recursos naturales a fin de lograr la maximización de las ganancias y acumulación del capital, o sea que tanto las necesidades de la naturaleza, como las necesidades humanas se hallan a merced de este principio. Sin embargo “El principio organizador del desarrollo económico basado en la acumulación del capital y el crecimiento económico desvaloriza todas las propiedades y procesos, de la naturaleza y de la sociedad, que no tiene precio en el mercado y no son insumos para la producción de mercancías. Esta premisa genera muy frecuentemente programas de desarrollo económico que apartan o destruyen la base de la naturaleza y de la gente para la supervivencia.” (Shiva V.,1996:333)
Morín al respecto distingue lo siguiente: "Los efectos en la civilización que produce la mercantilización de todas las cosas, justamente anunciada por Marx– desde el agua, el mar y el sol, los órganos del cuerpo humano, la sangre, el esperma, el óvulo y el tejido fetal también se vuelven mercaderías-, son la debilitación del don, de lo gratuito, del ofrecimiento, del servicio, la casi desaparición de lo no monetario, lo que entraña la desaparición de valores que no sean el afán de ganancias, el interés financiero, la sed de riqueza...” (Morin E., et al., 1999:73) Así es como la escala de valores sufre cambios y lo monetario pasa a tomar una posición dominante respecto a otros valores.

La equidad y la justicia

Los valores como la justicia, muchas veces se ven desdibujados ante la imposición de las reglas económicas, y con ello el principio de equidad entre los distintos actores sociales. “La forma como está organizada una sociedad, influye en la forma como ésta se relaciona con los sistemas naturales. Un sistema social basado en la injusticia o en la desigualdad, tiende - por lógica casi inmanente- a aplicar estos mismos principios a la naturaleza.(...).” (Rojas Hernández J., 1999).

Los límites

El no reconocimiento de los límites naturales dados por los umbrales ecológicos de los ecosistemas, en función de la explotación de la naturaleza para cubrir el consumo ilimitado de una sociedad, provoca la degradación de los ecosistemas y por lo tanto nuevas formas de pobreza. “El reconocimiento de los límites de la naturaleza implica límites sobre la sociedad y las nociones de que no son necesarios los límites en la sociedad implican el quiebre de límites en la naturaleza. O los límites de la naturaleza son respetados y la actividad humana se limita dentro de umbrales ecológicos, o los límites de la naturaleza son desantendidos y violados para explotar a la naturaleza para la codicia y el consumo ilimitados de la sociedad.”(Shiva V., 1996:333).

La ciencia y la tecnología

Algunas nuevas tecnologías, adoptadas por su confort, beneficio económico o simplemente por una cuestión de actualidad, pueden ocasionar graves daños ambientales. Cuando una sociedad las incorpora como única alter nativa, se vuelve dependiente de ellas y olvida las formas de uso anteriores, por lo que se puede llegar a una situación problemática ambiental en forma de círculo o bucle. “Durante el siglo XX la noción del “crecimiento infinito de la ciencia” predispuso al ser humano para concebir a la naturaleza como un elemento de conquista permanente, sin tomar en cuenta la no renovabilidad de los recursos naturales. Esta concepción de la naturaleza como “infinita y por conquistar y/o doblegar” estuvo inscripta desde las primeras experiencias infantiles en los habitantes de nuestro planeta, quebrando los usos y costumbres que en diferentes regiones tenían sobre la noción de no depredación del medio ambiente (...).”(Voloschin C .1994:81- 82)

El rol del Estado

El rol del Estado en la regulación del acceso a los recursos y la forma en que se manejan los mismos, varía de acuerdo a las características de cada estado, en la actualidad, se diferencian dos bloques, uno, el de los países del Norte o Desarrollados, y otro, el de los países del Sur o en vías de Desarrollo. Rojas Hernández lo indica de la siguiente manera: “El achicamiento del estado- estrategia de la política neoliberal- hizo que el estado también se achique como regulador del uso de los recursos, dejando al mercado y a los privados la potestad de decidir según la fuerza y el poder de compra. Ello ha conducido a una privatización de los conflictos ambientales y sociales, con la consiguiente anarquización de la sociedad..” (Rojas Hernández J., 1999) Esta desigualdad en el rol del estado, es también la desigualdad que se observa en el tratamiento que se le da al tema ambiental, lo que traerá aparejado consecuencias futuras en el ambiente y en sus posibilidades de desarrollo para los países del Sur. Como se vio la relación Sociedad - Naturaleza, depende en lo individual de la forma en que percibe la naturaleza, de la cual forma parte y a su vez es su sustento, en ello, influye el significado que le de a su propio espacio y tiempo, que no es el mismo que el que tienen los proceso naturales, ni los otras especies que habitan el planeta. Es necesario conformar un espacio para la reflexión, tanto individual, que lleve a lograr una visión más integral de la vida, en relación con la naturaleza, y tomar conciencia de los límites propios, especialmente nuestra temporalidad y espacialidad, y los límites de la naturaleza, para poder encontrar caminos alternativos que revaloricen las pautas de conductas, sobre todo, las que tienen que ver con el proceso de producción para la satisfacción de necesidades individuales. La construcción social de esa relación dependerá del espacio que se le brinden a los nuevos paradigmas que se han analizado, que tienen como fundamento una reforma del pensamiento a partir de la comprensión de la complejidad ambiental.

Racionalidad

La racionalidad constituye el pensamiento que guía y dirige el accionar de una sociedad, tanto en su aspecto económico, político e ideológico. El siglo XX, dominado por la racionalidad económica, ha generado graves desequilibrios en la naturaleza, sustento de la civilización humana. Ello llevó a estudiar otras formas alternativas de organización social, en la cual surjan nuevos valores éticos, por sobre la razón económica, que posibilite la sustentabilidad de la vida humana en el planeta. Una de las propuestas, es la de Enrique Leff (1999), basada en lograr una nueva racionalidad, la Racionalidad Ambiental. Lo que plantea la propuesta, es un marco teórico orientado a un cambio de valores éticos, dado por una participación plena de todos los actores sociales que, desarrollando sus potencialidades, como por ejemplo la diversidad cultural, pueda alcanzar el bien común, expresado en un desarrollo sustentable y democrático.

Sustentabilidad

El concepto de sustentabilidad o sostenibilidad, apareció por primera vez en la versión de Estrategia Mundial para la Conservación (1980), en donde se define sustentabilidad de la siguiente manera: “La sustentabilidad, es una característica de un proceso o estado, que puede mantenerse indefinidamente”.(Van Hauwermeiren S., 1998:97) El concepto de sustentabilidad, tiene la raíz latina sustenere: sostener, sustentar, soportar, tolerar, mantener. El término en inglés es Sustainable, comenzó traduciéndose al castellano como Sustentable, después se generó una polémica ya que algunos consideraban “Sustentable” referido al manejo del sistema teniendo en cuenta las características del mismo y por lo tanto se debía hacer uso conjuntamente con “racionalidad ambiental”.
“Sostenible”, se relaciona con el factor tiempo, por lo tanto debería tenerse en cuenta si es que se proyecta una explotación, distribución y consumo sostenible. “La sustentabilidad en la naturaleza implica mantener la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza. Involucra el reconocimiento de que la crisis de sustentabilidad, es una crisis enraizada en el descuido de las necesidades y los procesos de la naturaleza y de dañar la capacidad de “rebrote” de la naturaleza. En un mundo finito, ecológicamente interconectado y limitado por la entropía, los límites de la naturaleza requieren ser respetados.” (Shiva V., 1996: 334) Es decir que el concepto de sustentabilidad, abarca mucho más que el ámbito de la economía, implica un cambio en la ética en la que la sociedad occidental ha venido manejando la naturaleza y los recursos que ella brinda a todos los miembros de una sociedad para su subsistencia. A los fines de este trabajo se utilizarán indistintamente ambos términos, que ligados al concepto de Desarrollo se traducirá como un Desarrollo Integral y perdurable en el tiempo, de la sociedad, su cultura y su medio.

Desarrollo sustentable

El concepto de “desarrollo” fue introducido en la historia social y desde entonces ha ido recibiendo “distintos apellidos” como dice Sejenovich H., et al. (1996), al referirse a “Desarrollo Sustentable”. Así es que en la concepción ideológica y los diferentes modelos sociales que de la definición surgen, constituye un abanico tan amplio, que los extremos del mismo, con grandes diferencias entre sí, y sin embargo todos se ubican bajo el mismo término “Desarrollo Sustentable”. En distintas reuniones internacionales el “Desarrollo” y “Subdesarrollo” se convirtieron en objeto de estudio, y se fueron asociando a ellos diversas concepciones, como “crecimiento económico”, “Integración, de los factores económicos con los sociales”, “satisfacción de necesidades básicas”, “desarrollo endógeno”, “redesarrollo” “desarrollo humano”, “desarrollo sustentable”. Estas ideas fueron volcadas en documentos internacionales que definen los programas de desarrollo. Entre ellos:

Meadows, DH et al, 1972, Los Límites al crecimiento. Informe al club de Roma sobre el Predicamento de la Humanidad.
-UNCED, 1972.Declaraciónde la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano, Estocolmo.
-1973. Declaración de Cocoyoc. Herrera et al, 1976.Catástrofe o Nueva Sociedad? Un Modelo mundial Latinoamericano.
-Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, 1987, Nuestro Futuro Común. Conocido como Informe Brundtland. En él se sostiene que Desarrollo Sustentable significa “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer el derecho de las generaciones futuras a satisfacer sus propias necesidades.
-Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo A. Latina, 1990, Nuestro Propio Futuro.
Aquí se reformula el concepto de Desarrollo Sustentable desde la perspectiva regional y se consensuan lineamientos para una estrategia en ese sentido.
-Comisión de UN para el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992. La Cumbre de la Tierra. Esta reunión, que se realizó en Río de Janeiro, Brasil, constituyó la primera megaconferencia sobre medio ambiente humano, que se denominó “Cumbre de la Tierra”. Como resultado se publicaron dos importantes documentos:
1) “La Carta de la Tierra” que constituye una declaración de principios, entre los cuales el desarrollo sostenible ocupa un lugar importante.
2) “La Agenda 21”, (para el siglo XXI), que se ha convertido en un código de conducta para el futuro, consta de 40 capítulos dividido en cuatro secciones, que tratan sobre los siguientes temas:
-Dimensiones sociales y económicas del desarrollo.
-Gestión de Recursos para el Desarrollo
-Fortalecimiento del papel de los grupos principales para el desarrollo sostenible. -Medio de ejecución y cooperación internacional.

Se puede decir que como resultado de dicha conferencia, se establecieron pautas para la acción, que abarcan los distintos puntos que anteriormente hemos visto, y que tienden a la implementación de un Desarrollo Sustentable en todo el planeta. Además se marcaron las potencialidades y las dificultades para encarar el cambio y, principalmente, se destacaron los límites que deben respetarse en el planteamiento de un Desarrollo Sustentable. El concepto de Desarrollo Sustentable ha recibido varias críticas, sin embargo el haber sido aceptado por la mayoría de los organismos internacionales como base para su accionar, es lo que lo ha hecho reconocido globalmente. En general los organismos internacionales interpretan el concepto de Desarrollo Sustentable comoel bienestar social y el aumento de la productividad económica a partir de la adopción de criterios de sustentabilidad ecológica en el uso de los recursos naturales a largo plazo.
Para su logro se propicia:
-Una mejor distribución del resultado del crecimiento económico global
-La superación de las condiciones de pobreza.
-Una nueva forma de gestión de los recursos naturales globales.
-El desarrollo local, bajo estos nuevos principios, pensando en el desarrollo global.
Si bien estos son los lineamientos sostenidos, en la práctica, los subsidios a la agricultura, los derechos de propiedad sobre el material genético, el sometimiento a las imposiciones financieras por cobros de intereses a deudas impagables, entre otros, son elementos que cuestionan los principios antes declarados. A pesar de la situación reinante los nuevos paradigmas van consolidándose lentamente en el debate sobre el Desarrollo.
El saber ambiental
La impregnación del paradigma ambiental en los distintos ámbitos del pensamiento y de la práctica de las sociedades, constituye uno de los elementos impulsores del saber ambiental. Para,Morín E. (1993), entender la complejidad de las transformaciones que se suceden, no tan solo requiere una contextualización a nivel global, sino una complejización del conocimiento. Leff sugiere la necesidad de establecer una nueva forma del saber y lo expresa de la siguiente manera “El saber sobre un ambiente que no es la realidad visible de la polución, sino el concepto de la complejidad emergente donde se reencuentran el pensamiento y el mundo, la sociedad y la naturaleza, la biología y la tecnología, la vida y el lenguaje. Punto de inflexión de la historia que induce una reflexión sobre el mundo actual, de donde emergen las luces y sombras de un nuevo saber.” (Leff E., 1998:10).
Dicho autor propone un “re-conocimiento del mundo que habitamos”. (Leff E.,1999).
Se propone un cambio profundo, que implica un enfoque distinto al que hasta ahora ha tenido la sociedad occidental, reconociendo la diversidad cultural y natural, teniendo en cuenta la equidad en el presente, y pensando en el futuro de nuevas generaciones. No se plantea una única forma de encarar ese saber ambiental. Cada comunidad, de acuerdo a su cultura deberá ir construyéndolo. En el marco formal del conocimiento, cada disciplina, de acuerdo a sus características, creará sus propias formas de incorporación.
“Este saber No conforma un cuerpo unitario de conocimientos, sino que se va constituyendo en relación con la estructura teórica y el objeto de conocimiento de cada ciencia. De esta forma, el saber ambiental emergente, transforma los paradigmas del conocimiento de las ciencias naturales y sociales. Cada ciencia impone las condiciones epistemológicas y los intereses disciplinarios a la reconstrucción de sus paradigmas, en un proceso heterogéneo y desigual del que emergen las disciplinas ambientales.” (Leff, E., 1998:128).
El establecimiento de valores éticos, en la conformación y transferencia de este saber, son ejes fundamentales que se deben atender para el establecimiento de este nuevo enfoque.

La relación sociedad - naturaleza


The dogmas of the quiet past are inadequate to the
storny present. The occasion is piled high with
difficuly, and we must rise with the occasion.
As our case is new, so we must
think anew and act anew.
Abrahan Lincoln
I believe that every major new human experience
calls for a new theoretical response, different from
all earlier ones: a new theoretical paradigm is not
just a mental construct but a response to
a new empirical reality.
Rajni Kothari
No cabe duda que uno de los temas más importantes que en la actualidad se discuten, tanto en foros internacionales como en círculos académicos y políticos, es el del medio ambiente. La inquietud por estos problemas conquistó su lugar en el debate público, limitándose básicamente a los problemas de la contaminación. Con esta visión restringida de la problemática ambiental se iniciaron las discusiones previas a la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (1972), entre cuyas actividades preparatorias fue de especial significado la reunión de Founex (Ginebra, 1971). Fue allí donde por primera vez se intentó establecer un vínculo entre medio ambiente y desarrollo.
La pregunta que se planteaba en ese momento podría formularse en los siguientes términos: ¿son medio ambiente y desarrollo dos conceptos excluyentes?, ¿existe una dicotomía entre ambos? O más bien, ¿tiene que considerarse el medio ambiente como parte integral del desarrollo?
De ser correctas las dos primeras formulaciones, nos enfrentan a una disyuntiva: la de elegir entre los objetivos del desarrollo o la meta de la protección y el mejoramiento del medio ambiente. En cambio, la tercera formulación asigna a la dimensión ambiental implicaciones socio-económicas y políticas que obligan a reexaminar los conceptos de desarrollo y medio ambiente y su interrelación mutua.
Por consiguiente, la aceptación de esta última postura --la que concibe el medio ambiente como parte integral del desarrollo-- plantea la necesidad de definir cómo y a través de qué elementos, estructuras, acciones y fenómenos se hace manifiesta la relación medio ambiente-sociedad-desarrollo.
Uno de los logros más importantes de la Conferencia de Estocolmo fue justamente demostrar que las políticas aisladas o las medidas ad hoc, dirigidas a la solución parcial de los problemas ambientales, estaban destinadas al fracaso a largo plazo. Ello se ha hecho evidente en algunas de las llamadas crisis --por ejemplo, las de energía y alimentos--, en que las interrelaciones entre componentes ambientales y sociopolíticos se manifiestan concretamente.
El enfoque iniciado en Founex y Estocolmo, que se hiciera explícito más tarde en la declaración de Cocoyoc (México, 1974) y que culmina con el informe Brundtland, ha ido clarificando cada vez más la relación orgánica existente entre el medio ambiente físico y los aspectos económicos, sociales y políticos que definen un determinado uso de la naturaleza y de los recursos naturales. Tal relación se manifiesta en estructuras e instituciones, en objetivos y políticas, en planes y estrategias, tanto a nivel nacional como internacional.
El desarrollo humano se ha caracterizado por un constante incremento de la capacidad cognoscitiva del hombre y de su poder para actuar sobre la naturaleza. Sin embargo, dicho poder se ha visto enfrentado a un encadenamiento dinámico de fenómenos y situaciones que paulatinamente se ha hecho más evidente, planteándole nuevas exigencias en cuanto a sus acciones e instrumentos, así como en cuanto a su manera de concebir y conceptualizar la realidad. Preservar en un conocimiento «lineal», compuesto de innumerables disciplinas paralelas, no alcanza a cumplir ya sus objetivos científicos ni prácticos. El indispensable proceso de desarrollo supone complementariedades y transformaciones que se dan en universos interdependientes. Las políticas tendentes a frenar la creciente acumulación de desechos de todo tipo, las aglomeraciones urbanas irracionales o el agotamiento de recursos básicos, no pueden ir contra el proceso de desarrollo, sino más bien orientarlo, armonizándolo y adecuándolo al medio ambiente, el cual es, en último término, el que determina las posibilidades del desarrollo social y expansión económica en el largo plazo.
La complejidad creciente de las interrelaciones entre fenómenos ha hecho que la relación sociedad-medio ambiente se plantee cada vez más como un problema mundial que, desbordando lo puramente físico y natural, atañe por igual a todos los sistemas socioeconómicos y a todos los grupos sociales; esta complejidad también preocupa a todas las ideologías. Es, asimismo, una relación cuya comprensión sobrepasa el ámbito de las ciencias particulares, exigiendo un constante esfuerzo de integración interdisciplinaria. Como señala Daniel P. Moynihan, «tal vez el concepto de interdependencia ha llegado a ser el principal elemento de una nueva conciencia en la sociedad mundial».
La relación hombre-naturaleza como fenómeno social
El comportamiento obtuso de los hombres
frente a la naturaleza condiciona
su comportamiento obtuso entre sí.

Karl Marx.
La relación hombre-medio ambiente natural es, antes que nada, una relación unitaria, que implica una interacción recíproca entre ambas entidades, que aisladas de su dialéctica carecen de sentido. No existe un medio ambiente natural independiente del hombre: la naturaleza sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y determina en un proceso dialéctico de acciones e interacciones.
La historia del hombre ha sido la búsqueda constante de instrumentos y formas de establecer relaciones con la naturaleza y, a través de este proceso histórico, la ha ido utilizando y adaptando a sus necesidades. Dicha modificación permanente de la naturaleza afecta al mismo tiempo al hombre, originando cambios en sus condiciones de vida y en las relaciones con sus semejantes.
Dentro de este proceso dialéctico de influencias recíprocas, la relación hombre-naturaleza no se da en términos abstractos, sino del hombre en tanto grupo social, parte de un determinado sistema social, en un medio ambiente específico. La relación del hombre con la naturaleza y la transformación que deriva de esta relación es así un fenómeno social. No existe, por lo tanto, una escisión entre sociedad y naturaleza o, mejor dicho, entre sistema social y sistema natural, debiendo éstos ser concebidos como partes de un todo, como dos subsistemas interrelacionados, integrados a un sistema mayor.
El contexto general dentro del cual se mueve el hombre está determinado, por un lado, por aquellos fenómenos físicos, geofísicos, biológicos  químicos, etc., que plasman una realidad ambiental y cuya dinámica es la de los fenómenos naturales. Y, por otro lado, por la presencia de la actividad humana, que define la realidad social, realidad que --al transcurrir en una dimensión histórica-- trasciende el medio natural.
Si se acepta esta interdependencia hombre-sociedad-medio ambiente, entonces surge la necesidad de enfrentar la problemática ambiental dentro de sistemas analíticos comprensivos, que representen, en forma adecuada, esa realidad que históricamente se ha ido integrando hasta alcanzar una dimensión planetaria.
A lo largo de la historia, la acción del hombre sobre los procesos naturales se ha ido materializando en lo que podría llamarse un medio ambiente construido, que se superpone al medio ambiente natural: el proceso social-histórico se lleva a cabo en un lugar dado, en un espacio que preexiste a la vida humana y a cualquier sociedad. Se trata del espacio físico, natural o, en su acepción más común, del medio ambiente. Con el devenir histórico se va creando otro espacio que está básicamente determinado por las relaciones humanas y por su modo de organización social. Junto al espacio físico preexistente se construye así un espacio social. Ambos están estrechamente interrelacionados, a tal punto que no es posible distinguir el uno del otro de no mediar un proceso analítico.
Estas consideraciones permiten concebir la relación medio ambiente-sociedad dentro de una dimensión espacial. Al mismo tiempo, es importante tener presente la dimensión temporal subyacente a la interacción entre ambas entidades: la relación sociedad-naturaleza no tiene sentido único; se trata de un proceso esencialmente recíproco y cambiante. La intervención del hombre sobre el medio ambiente y las consecuencias que de ello se derivan no son hechos o fenómenos aislados, sino que transcurren dentro de un continuo temporal. Es preciso entonces conocer las relaciones en sus movimientos, en su dinamismo, teniendo en cuenta que la acción del sistema social está ligada a su historia y a los tipos de organización que el grupo adopta en un momento específico.
Al abordar la dimensión temporal, la existencia de dos tipos de tiempos se hace evidente: el tiempo en que transcurre la sociedad humana y el de los sistemas naturales. El primero corresponde a la realidad social, que va generando su propia sucesión a través de un proceso dialéctico, originando nuevas relaciones entre los individuos y, por lo tanto, nuevos mecanismos de regulación del proceso social y natural. Este recurso temporal está organizado en secuencias, cuyo término está definido por el cambio cualitativo que resulta de la interacción dialéctica producida en su seno.
El proceso social se lleva a cabo dentro del ámbito natural representado por el conjunto materia-energía, constituyentes de la biósfera. Este conjunto tiene también su tempo determinado por la duración de los fenómenos biológicos, físicos, geofísicos y químicos. Su realidad temporal es anterior a la de los fenómenos sociales y su ritmo es diferente.
Por lo general, las manifestaciones naturales son de muy largo transcurso, en cuanto a cambio cualificativo se refiere, pero también pueden ser súbitas y violentas, alterando por completo un proceso y afectando profundamente la base natural sobre la que se asienta la vida humana. Por otro lado, la realidad social y la acción humana van modificando la naturaleza a un ritmo determinado de gestación y maduración previa a su manifestación percibible. Se gestan así cambios en el sistema natural acordes a una realidad temporal propia del sistema social.
La realidad social es regulada y modificada por el grupo de acuerdo con su forma de organización, su sistema económico y su universo valórico. La realidad natural es regulada a su vez por la dinámica de los fenómenos naturales.
Entre los sistemas sociales y el medio natural existe un mediador: la tecnología. Cada vez en mayor medida el grupo social se sirve de este mediador para obtener los bienes que requiere la satisfacción de sus necesidades. Dichas necesidades cambian, dependiendo de las pautas culturales, de las estructuras económicas, de las características políticas del sistema social en cada momento histórico y del proceso de desarrollo. Se va produciendo así una progresiva diversificación y una complejidad creciente en las necesidades sociales, que requieren, para ser satisfechas, un proceso productivo más sofisticado. Con ello, la relación sociedad-medio ambiente se torna más intrincada e interdependiente.
La mayor complejidad de las relaciones medio ambiente-sociedad se manifiesta históricamente en distintas formas de producción y en una red cada vez más estrecha de relaciones entre ellas. La creciente integración del sistema mundial introduce en este proceso dinámico un nuevo elemento. En efecto, las acciones del hombre sobre un determinado ecosistema natural, en un espacio geográfico definido, afectan otros sistemas naturales, a veces muy distantes. Y, lo que es aún más importante, el proceso decisional en el mundo de hoy se lleva a cabo en espacios sociales, económicos y naturales a menudo diferentes y geográficamente distantes de aquellos en los que prácticamente se ejecutará.
Se conforman así sistemas más globales de relaciones en los que la dinámica entre medio ambiente y sociedad deja de ser inmediata para verse afectada, influida o determinada por las acciones de otros grupos sociales distantes, tanto espacial como temporalmente.
De lo anterior se deduce que medio ambiente y sociedad no sólo se deben analizar en su dimensión espacial, sino también en función de los periodos históricos por los que atraviesan y por las formas de organización social que se adoptan en cada uno de ellos. Espacio y tiempo son, pues, las dimensiones en que coexisten el sistema social y el sistema natural, no en tanto categorías abstractas, sino como entidades reales de un proceso concreto. En este contexto, periodos históricos y sistemas espaciales de relaciones generan sus propias estructuras conceptuales que, en el marco de formas de producción específicas, dictan estrategias de desarrollo y procesos de gestión del medio ambiente.
No existe una ciencia que sea independiente de un determinado contexto ideológico, sino más bien una relación funcional entre ciencia e ideología. Por lo tanto, en el estudio de esa relación, hay que explicar cuáles son los objetivos subyacentes de la forma de conceptualización utilizada para definir la relación sociedad-medio ambiente.
Aunque tradicionalmente las ciencias económicas no se han ocupado en forma explícita de dicha relación, ésta subyace, ya sea en la interpretación o en el análisis del fenómeno económico y en los supuestos que en él se adoptan. Por otra parte, el concepto de desarrollo es también un tópico relativamente reciente, no definido por los clásicos, ignorado por los neoclásicos y asimilado al crecimiento económico por los Keynesianos. Pero no cabe duda que las políticas que se derivan de las diferentes doctrinas suponen un proceso de desarrollo, una intención en relación con el futuro.
En general, las ciencias económicas reflejan una determinada ideología y responde a la interpretación que, en función de esa ideología, se hace de una específica situación histórica cada doctrina económica ha estado condicionada por la circunstancia de su tiempo.
La relación entre la realidad y el pensamiento económico se concibe así como un proceso dialéctico, que hace que el contenido doctrinal de la ciencia económica vaya cambiando a medida que cambia la sociedad.
Si la realidad está constituida por lo natural y lo social en su interrelación mutua, entonces la relación medio ambiente-desarrollo es ineludible, íntima e inseparable. Esto implica que no es posible interpretar el fenómeno del desarrollo prescindiendo de la dimensión ambiental y, consecuentemente, que no es posible alcanzar objetivos y metas del desarrollo sin explicar la dimensión ambiental.
Toda concepción de desarrollo que proponga y oriente la actividad económica y social hacia determinados objetivos, ignorando el contexto ambiental del sistema social, tarde o temprano llevará a un proceso de deterioro del medio natural que, en el largo plazo, frustra el logro de los objetivos socio-económicos. Por consiguiente, en el largo plazo, las consideraciones de orden ambiental no pueden ser ignoradas so peligro de que el proceso de desarrollo se vea comprometido. Por otra parte, una concepción estrictamente ecologista o ambientalista, que haga abstracción del sistema social, sus conflictos en términos de poder, sus desigualdades y sus desequilibrios, ocasionará también un deterioro del medio ambiente, al no considerar los factores causales de orden socal y económico que dan origen a este deterioro y al aplicar criterios de racionalidad ecológica ajenos muchas veces a los objetivos sociales. Así, por un lado, la sociedad opulenta explotará al máximo el medio ambiente para satisfacer necesidades suntuarias o superfluas, mientras que los más necesitados lo deteriorarán en su afán de proveerse con el mínimo requerido para subsistir.
Los objetivos de desarrollo económico y social deben sustentarse en un manejo adecuado del medio. Más aún, el medio ambiente es el conjunto de recursos que pueden ser explotados con racionalidad económico-social y ambiental, para el logro de objetivos de desarrollo válidos a largo plazo.
Aceptando este enfoque, se llega a un concepto de desarrollo que implica la necesidad de un proceso armonioso con el medio ambiente que, al mismo tiempo, no sacrifica sus objetivos sociales fundamentales.
Esta concepción de desarrollo exige no sólo una revisión del concepto mismo, con vista a considerar la dimensión ambiental, sino también del alcance de otros conceptos que han sido asimilados al de desarrollo, a fin de poner de manifiesto la ideología implícita en cada uno de ellos y los modos de gestión y acción son siguientes  En ellos se han subrayado --dependiendo de quién utiliza el término-- uno o más aspectos del problema, pero nunca su totalidad. Es importante destacar que cada interpretación del término conlleva una política definida, es decir, la aceptación de un determinado concepto presupone una orientación en la acción futura. De ahí la necesidad de precisar la concepción de desarrollo frente a otros conceptos que pertenecen a cuerpos teóricos diversos.
Así, desarrollo y riqueza son conceptos similares para algunos. Para otros, desarrollo equivale a riqueza e industrialización. Otros más identifican desarrollo con riqueza y tienden a definir una política que maximice la riqueza, mientras que los que asocian el desarrollo con la industrialización propiciarán la creación de industrias, y quienes identifican desarrollo y crecimiento promoverán un proceso de expansión económica. Cada uno de estos conceptos tiene sus raíces en interpretaciones económicas elaboradas en determinados momentos históricos, para responder a problemáticas específicas y propias de la coyuntura, y reflejarán además la ideología de quienes teorizaron y racionalizaron una situación dada, con vistas a justificar la acción política.


Concepto de ambiente

Por medio ambiente se entiende todo lo que afecta a un ser vivo. Condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o de la sociedad en su vida. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y en un momento determinados, que influyen en la vida del ser humano y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida, sino que también comprende seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura.

Origen etimológico

Como sustantivo, la palabra medio procede del latín medium (género neutro); como adjetivo, del latín medius (género masculino). La palabra ambiente procede del latín ambiens, ambientis, del verbo ambere, "rodear", "estar a ambos lados". Se podría considerar a la expresiónmedio ambiente como pleonasmo porque las acepciones de los dos elementos de tales grafías son coincidentes con la acepción inherente a cuando van juntos. Sin embargo, algunas acepciones de ambas palabras por separado son diferentes. Lo que permite su comprensión es el contexto. Por ejemplo, otras acepciones, metafóricas, del término ambiente aluden a sectores sociales, como ambiente popular oambiente aristocrático; o actitudes, como tener buen ambiente con los amigos.
Medio ambiente es un conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de, en un plazo corto o largo, causar efectos adversos directos o indirectos sobre los seres vivos y las actividades humanas.


Concepto de ambiente

En la Teoría general de sistemas, un ambiente es un complejo de factores externos que actúan sobre un sistema y determinan su curso y su forma de existencia. Un ambiente podría considerarse como un superconjunto en el cual el sistema dado es un subconjunto. Puede constar de uno o más parámetros, físicos o de otra naturaleza. El ambiente de un sistema dado debe interactuar necesariamente con los seres vivos.
Estos factores externos son:
Ambiente físico: Geografía Física, Geología, clima, contaminación.
Ambiente biológico:
Población humana: Demografía.
Flora: fuente de alimentos o productores.
Fauna: consumidores primarios, secundarios, etcétera.
Ambiente socioeconómico:
Ocupación laboral o trabajo: exposición a agentes químicos, físicos.
Urbanización o entorno urbano y desarrollo económico.
Desastres: guerras, inundaciones.

El ambiente o medio ambiente, expresión esta última ciertamente redundante pero muy difundida entre los países de habla hispana, hace referencia a un sistema, es decir, a un conjunto de variables biológicas y físico-químicas que necesitan los organismos vivos, particularmente el ser humano, para vivir. Entre estas variables o condiciones tenemos, por ejemplo, la cantidad o calidad de oxígeno en la atmósfera, la existencia o ausencia de agua, la disponibilidad de alimentos sanos, y la presencia de especies y de material genético, entre otras.
Muchos entienden equivocadamente que el ambiente lo es «todo» o, como dirían algunos, «el resto del universo». El concepto de ambiente que nos interesa hace referencia a aquel en el que se integran los seres vivos, es decir, aquel dentro del cual interactúan las formas de vida. Obviamente, hay un particular énfasis en la preocupación por los ambientes humanos, en la medida en que su conservación garantiza nuestra existencia. Sin embargo, ello no excluye que podamos identificar ambientes que corresponden a organismos vivos diferentes al humano, por ejemplo, el de las especies endémicas de la fauna amazónica.


Debemos advertir a nuestros lectores que el término «ambiente» no es sinónimo de «ecología». Así, es un error afirmar: «Vamos a defender la ecología de tal o cual especie silvestre». Ecología es un término que empleó por primera vez el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1864 para designar la disciplina que estudia las relaciones entre el hombre y su ambiente (oikos: casa y logos: ciencias). En tal sentido, decir «defendamos la ecología» es como decir «defendamos la psicología o la filosofía».


Un concepto que nos ayuda a delimitar el ámbito y los alcances de la noción de ambiente es el de la biosfera. Si bien todavía no conocemos suficientemente cuál es el origen de la vida en la Tierra, es claro que la vida del hombre y de los demás organismos vivos es posible solo en la biosfera.


La biosfera se define como el espacio que contiene los ambientes biológicamente habitables.


Este espacio abarca entre los 10 km por debajo del nivel del mar y los 8 km por encima del mismo; en él se integran la litosfera (suelo), la hidrosfera (agua) y la atmósfera (aire). Es en este escenario donde el hombre ha construido una tecnósfera o un ambiente edificado con industrias y centros urbanos. Las formas de vida que conocemos sobre la Tierra que incluyen al hombre han surgido, y en muchos casos se han mantenido y evolucionado, sobre estos grandes soportes naturales. Pero estos soportes no son compartimentos estancos, independientes uno del otro. Son, por el contrario, dinámicos y están en permanente interacción: las lluvias y las sequías; los bosques y la desertificación; la producción de gases por la industria y el efecto invernadero, no son más que manifestaciones extremas de esta interacción.


Pero hay algo más. Los organismos vivos —bióticos— también se encuentran en una estrecha relación con los ecosistemas. Así pues, los seres vivos y los elementos no vivos vitalmente unidos a ellos —abióticos, como minerales, petróleo, etc.— necesitan interactuar en un soporte natural que denominamos ecosistema —bosque, lago, campo cultivado, ciudad, entre otros.


Así pues, la biosfera es un complejo sistema en el que interactúan los seres vivos y no vivos, y estos con los ecosistemas, y requiere de un equilibrio como condición para que la vida siga siendo posible.


Este equilibrio, que se denomina «equilibrio ecológico», se encuentra permanentemente amenazado por factores naturales o humanos. En efecto, desde los orígenes de la vida en el planeta, la naturaleza realiza determinados ajustes en los que no interviene la actividad del hombre, generando impactos significativos y en muchos casos catastróficos en el equilibrio ecológico. Nos referimos por ejemplo a los terremotos, inundaciones, diluvios e incendios forestales. Sin embargo, el ser humano ha adquirido una enorme capacidad para modificar la naturaleza con la finalidad de satisfacer sus necesidades. Con ello, crecen sus posibilidades de producir impactos negativos en el equilibrio ecológico, como por ejemplo el efecto invernadero, la desertificación, la contaminación del aire, los residuos tóxicos o peligrosos, la deforestación, etc.



Desarrollo histórico del concepto de ambiente

Hipócrates (460-375 años antes de Cristo), en su obra Aires, aguas y lugares, resalta la importancia del ambiente como causa de enfermedad.
Thomas Sydenham (1624-1689) y Giovanni Maria Lancisi (1654-1720) formulan la teoría miasmática, en la que el miasma es un conjunto de emanaciones fétidas de suelos y aguas impuras que son causa de enfermedad.
En el siglo XIX, con Chadwick William Farr (1807-1883), con la mortalidad de los mineros, John Snow (1813-1858) con "Sobre el modo de transmisión del cólera", se consolidan la importancia del ambiente en epidemiología y la necesidad de utilizar métodos numéricos.

Mapa Curricular

Unidad 1: Conceptos de ambiente, desarrollo y sociedad

Concepto de ambiente. Distintas concepciones. El concepto de espacio. Valoraciones respecto del ambiente. Relación sociedad-naturaleza. Intereses a los que responde cada visión.


Unidad 2: Aire, Agua, Suelo. Biodiversidad


Aire. Composición: gases, partículas, moléculas. Funcionalidad y noción de los servicios que brinda.


Agua. El agua potabilizable en el planeta: cuál es, cuánta, dónde se encuentra, a qué procesos debe someterse para poder ser consumida sin riesgos. Disponibilidad y calidad. Eutrofización, uso de agroquímicos.
Embalses y sus consecuencias. Tratamiento de efluentes, consumo y uso.

Suelo. Composición, estratos. Erosión eólica e hídrica y su relación con la deforestación y el uso del suelo. Degradación de distintos tipos. Contaminación urbana. Políticas y acciones de recuperación y remediación de suelo.

Biodiversidad. Definiciones. Su importancia. La pérdida de biodiversidad en el último siglo, sus consecuencias y posibles riesgos. Estrategias para la conservación de la biodiversidad.

Unidad 3: Contaminación: análisis y evaluación


Contaminantes y fuentes de contaminación más comunes del aire, el agua y el suelo; sus vías de distribución, transporte y transformación. Monitoreo ambiental y biológico. Noción de escala y tamaño de grano.


Unidad 4: Respuestas


Acciones de mitigación, recuperación y remediación sobre zonas contaminadas.

Manejo sustentable de recursos naturales: acciones de organizaciones sociales y ONG's; políticas públicas; legislación; tratados internacionales.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El Agua

El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida. El término agua, generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, pero la misma puede hallarse en su forma sólida llamada hielo, y en forma gaseosa denominada vapor. El agua cubre el 71% de la superficie de la corteza terrestre. Se localiza principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes polares poseen el 1,74%, los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales suponen el 1,72% y el restante 0,04% se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos. El agua es un elemento común del sistema solar, hecho confirmado en descubrimientos recientes. Puede ser encontrada, principalmente, en forma de hielo; de hecho, es el material base de los cometas y el vapor que compone sus colas.
Desde el punto de vista físico, el agua circula constantemente en un ciclo deevaporación o transpiración (evapotranspiración), precipitación, y desplazamiento hacia el mar. Los vientos transportan tanto vapor de agua como el que se vierte en los mares mediante su curso sobre la tierra, en una cantidad aproximada de 45.000 km³ al año. En tierra firme, la evaporación y transpiración contribuyen con 74.000 km³ anuales al causar precipitaciones de 119.000 km³ cada año.
Se estima que aproximadamente el 70% del agua dulce es usada para agricultura. El agua en la industria absorbe una media del 20% del consumo mundial, empleándose en tareas de refrigeración, transporte y como disolvente de una gran variedad de sustancias químicas. El consumo doméstico absorbe el 10% restante.
El agua es esencial para la mayoría de las formas de vida conocidas por el hombre, incluida la humana. El acceso al agua potable se ha incrementado durante las últimas décadas en la superficie terrestre. Sin embargo estudios de la FAO, estiman que uno de cada cinco países en vías de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes de 2030; en esos países es vital un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los sistemas de riego.
Propiedades físicas y químicas

Modelo mostrando los enlaces de hidrógeno entre moléculas de agua.
El agua es una sustancia que químicamente se formula como H2O; es decir, que una molécula de agua se compone de dos átomos de hidrógeno enlazados covalentemente a un átomo de oxígeno.
Fue Henry Cavendish quien descubrió en 1781 que el agua es una sustancia compuesta y no un elemento, como se pensaba desde la Antigüedad. Los resultados de dicho descubrimiento fueron desarrollados por Antoine Laurent de Lavoisier dando a conocer que el agua estaba formada por oxígeno e hidrógeno. En 1804, el químico francés Joseph Louis Gay-Lussac y el naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt demostraron que el agua estaba formada por dos volúmenes de hidrógeno por cada volumen de oxígeno (H2O).
Las propiedades fisicoquímicas más notables del agua son:
§  El agua es insípida e inodora en condiciones normales de presión y temperatura. El color del agua varía según su estado: como líquido, puede parecer incolora en pequeñas cantidades, aunque en el espectrógrafo se prueba que tiene un ligero tono azul verdoso. El hielo también tiende al azul y en estado gaseoso (vapor de agua) es incolora.
§  El agua bloquea sólo ligeramente la radiación solar UV fuerte, permitiendo que las plantas acuáticas absorban su energía.
§  Ya que el oxígeno tiene una electronegatividad superior a la del hidrógeno, el agua es una molécula polar. El oxígeno tiene una ligera carga negativa, mientras que los átomos de hidrógenos tienen una carga ligeramente positiva del que resulta un fuerte momento dipolar eléctrico. La interacción entre los diferentes dipolos eléctricos de una molécula causa una atracción en red que explica el elevado índice de tensión superficial del agua.
§  La fuerza de interacción de la tensión superficial del agua es la fuerza de van der Waals entre moléculas de agua. La aparente elasticidad causada por la tensión superficial explica la formación de ondas capilares. A presión constante, el índice de tensión superficial del agua disminuye al aumentar su temperatura. También tiene un alto valor adhesivo gracias a su naturaleza polar.
§  La capilaridad se refiere a la tendencia del agua de moverse por un tubo estrecho en contra de la fuerza de la gravedad. Esta propiedad es aprovechada por todas las plantas vasculares, como los árboles.
§  Otra fuerza muy importante que refuerza la unión entre moléculas de agua es el enlace por puente de hidrógeno.
§  El punto de ebullición del agua (y de cualquier otro líquido) está directamente relacionado con la presión atmosférica. Por ejemplo, en la cima del Everest, el agua hierve a unos 68º C, mientras que al nivel del mar este valor sube hasta 100º. Del mismo modo, el agua cercana a fuentes geotérmicas puede alcanzar temperaturas de cientos de grados centígrados y seguir siendo líquida. Su temperatura crítica es de 373,85 °C (647,14 K), su valor específico de fusión es de 0,334 kJ/g y su índice específico de vaporización es de 2,23kJ/g.
§  El agua es un disolvente muy potente, al que se ha catalogado como el disolvente universal, y afecta a muchos tipos de sustancias distintas. Las sustancias que se mezclan y se disuelven bien en agua —como las sales, azúcares, ácidos, álcalis, y algunos gases (como el oxígeno o el dióxido de carbono, mediante carbonación)— son llamadas hidrófilas, mientras que las que no combinan bien con el agua —como lípidos y grasas— se denominan sustancias hidrófobas. Todos los componentes principales de las células de proteínas, ADN y polisacáridos se disuelven en agua. Puede formar un azeótropo con muchos otros disolventes.
§  El agua es miscible con muchos líquidos, como el etanol, y en cualquier proporción, formando un líquido homogéneo. Por otra parte, los aceites son inmiscibles con el agua, y forman capas de variable densidad sobre la superficie del agua. Como cualquier gas, el vapor de agua es miscible completamente con el aire.
§  El agua pura tiene una conductividad eléctrica relativamente baja, pero ese valor se incrementa significativamente con la disolución de una pequeña cantidad de material iónico, como el cloruro de sodio.
§  El agua tiene el segundo índice más alto de capacidad calorífica específica —sólo por detrás del amoníaco— así como una elevada entalpía de vaporización (40,65 kJ mol-1); ambos factores se deben al enlace de hidrógeno entre moléculas. Estas dos inusuales propiedades son las que hacen que el agua "modere" las temperaturas terrestres, reconduciendo grandes variaciones de energía.

§  La densidad del agua líquida es muy estable y varía poco con los cambios de temperatura y presión. A la presión normal (1 atmósfera), el agua líquida tiene una mínima densidad (0,958 kg/l) a los 100 °C. Al bajar la temperatura, aumenta la densidad (por ejemplo, a 90 °C tiene 0,965 kg/l) y ese aumento es constante hasta llegar a los 3,8 °C donde alcanza una densidad de 1 kg/litro. Esa temperatura (3,8 °C) representa un punto de inflexión y es cuando alcanza su máxima densidad (a la presión mencionada). A partir de ese punto, al bajar la temperatura, la densidad comienza a disminuir, aunque muy lentamente (casi nada en la práctica), hasta que a los 0 °C disminuye hasta 0,9999 kg/litro. Cuando pasa al estado sólido (a 0 °C), ocurre una brusca disminución de la densidad pasando de 0,9999 kg/l a 0,917 kg/l.
  El agua puede descomponerse en partículas de hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis.
 Como un óxido de hidrógeno, el agua se forma cuando el hidrógeno —o un compuesto conteniendo hidrógeno— se quema o reacciona con oxígeno —o un compuesto de oxígeno—. El agua no es combustible, puesto que es un producto residual de la combustión del hidrógeno. La energía requerida para separar el agua en sus dos componentes mediante electrólisis es superior a la energía desprendida por la recombinación de hidrógeno y oxígeno. Esto hace que el agua, en contra de lo que sostienen algunos rumores, no sea una fuente de energía eficaz.
 Los elementos que tienen mayor electropositividad que el hidrógeno —como el litio, el sodio, el calcio, el potasio y el cesio— desplazan el hidrógeno del agua, formando hidróxidos. Dada su naturaleza de gas inflamable, el hidrógeno liberado es peligroso y la reacción del agua combinada con los más electropositivos de estos elementos es una violenta explosión.
Actualmente se sigue investigando sobre la naturaleza de este compuesto y sus propiedades, a veces traspasando los límites de la ciencia convencional. En este sentido, el investigador John Emsley, divulgador científico, dijo en cierta ocasión del agua que "(Es) una de las sustancias químicas más investigadas, pero sigue siendo la menos entendida".

Distribución de agua en la naturaleza

El agua en el Universo

Contrario a la creencia popular, el agua es un elemento bastante común en nuestro sistema solar, es más, en el universo; principalmente en forma de hielo y, poco menos, de vapor. Constituye una gran parte del material que compone los cometas y recientemente se han encontrado importantes yacimientos de hielo en la luna. Algunos satélites como Europa y Encélado poseen posiblemente agua líquida bajo su gruesa capa de hielo. Esto permite a estas lunas tener una especie de tectónica de placas donde el agua líquida cumple el rol del magma en la tierra, mientras que el hielo sería el equivalente a la corteza terrestre.
La mayoría del agua que existe en el universo puede haber surgido como derivado de la formación de estrellas que posteriormente expulsaron el vapor de agua al explotar. El nacimiento de las estrellas suele causar un fuerte flujo de gases y polvo cósmico. Cuando este material colisiona con el gas de las zonas exteriores, las ondas de choque producidas comprimen y calientan el gas. Se piensa que el agua es producida en este gas cálido y denso. Se ha detectado agua en nubes interestelares dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Estas nubes interestelares pueden condensarse eventualmente en forma de una nebulosa solar. Además, se piensa que el agua puede ser abundante en otras galaxias, dado que sus componentes (hidrógeno y oxígeno) están entre los más comunes del universo.

El agua en la Tierra

El agua es fundamental para todas las formas de vida conocida. Los humanos consumen agua potable. Los recursos naturales se han vuelto escasos con la creciente población mundial y su disposición en varias regiones habitadas es la preocupación de muchas organizaciones gubernamentales.

Origen del agua terrestre

Durante la formación de la Tierra, la energía liberada por el choque de los planetesimales, y su posterior contracción por efecto del incremento de la fuerza gravitatoria, provocó el calentamiento y fusión de los materiales del joven planeta. Este proceso de acreción y diferenciación hizo que los diferentes elementos químicos se reestructurasen en función de su densidad. El resultado fue la desgasificación del magma y la liberación de una enorme cantidad de elementos volátiles a las zonas más externas del planeta, que originaron la protoatmósfera terrestre. Los elementos más ligeros, como el hidrógeno molecular, escaparon de regreso al espacio exterior. Sin embargo, otros gases más pesados fueron retenidos por la atracción gravitatoria. Entre ellos se encontraba el vapor de agua. Cuando la temperatura terrestre disminuyó lo suficiente, el vapor de agua que es un gas menos volátil que el CO2 o el N2 comenzó a condensarse. De este modo, las cuencas comenzaron a llenarse con un agua ácida y caliente (entre 30°C y 60 °C). Esta agua ácida era un eficaz disolvente que comenzó a arrancar iones solubles de las rocas de la superficie, y poco a poco comenzó a aumentar su salinidad. El volumen del agua liberada a la atmósfera por este proceso y que precipitó a la superficie fue aproximadamente de 1,37 x 109 km³, si bien hay científicos que sostienen que parte del agua del planeta proviene del choque de cometas contra la prototierra en las fases finales del proceso de acreción. En este sentido hay cálculos que parecen indicar que si únicamente el 10% de los cuerpos que chocaron contra la Tierra durante el proceso de acreción final hubiesen sido cometas, toda el agua planetaria podría ser de origen cometario, aunque estas ideas son especulativas y objeto de debate entre los especialistas.

Distribución actual del agua en la Tierra


Representación gráfica de la distribución de agua terrestre.
El total del agua presente en el planeta, en todas sus formas, se denomina hidrosfera. El agua cubre 3/4 partes (71%) de la superficie de la Tierra. Se puede encontrar esta sustancia en prácticamente cualquier lugar de la biosfera y en los tres estados de agregación de la materia: sólido, líquido y gaseoso.
El 97 por ciento es agua salada, la cual se encuentra principalmente en los océanos y mares; sólo el 3 por ciento de su volumen es dulce. De esta última, un 1 por ciento está en estado líquido. El 2% restante se encuentra en estado sólido en capas, campos y plataformas de hielo o banquisas en las latitudes próximas a los polos. Fuera de las regiones polares el agua dulce se encuentra principalmente en humedales y, subterráneamente, en acuíferos.
El agua representa entre el 50 y el 90% de la masa de los seres vivos (aproximadamente el 75% del cuerpo humano es agua; en el caso de las algas, el porcentaje ronda el 90%).
En la superficie de la Tierra hay unos 1.386.000.000 km3 de agua que se distribuyen de la siguiente forma:





Distribución del agua en la Tierra
Situación del agua
Volumen en km³
Porcentaje

Agua dulce
Agua salada
de agua dulce
de agua total
Océanos y mares
-
1.338.000.000
-
96,5

Casquetes y glaciares polares
24.064.000
-
68,7
1,74

Agua subterránea salada
-
12.870.000
-
0,94

Agua subterránea dulce
10.530.000
-
30,1
0,76

Glaciares continentales y Permafrost
300.000
-
0,86
0,022

Lagos de agua dulce
91.000
-
0,26
0,007

Lagos de agua salada
-
85.400
-
0,006

Humedad del suelo
16.500
-
0,05
0,001

Atmósfera
12.900
-
0,04
0,001
Embalses
11.470
-
0,03
0,0008
Ríos
2.120
-
0,006
0,0002

Agua biológica
1.120
-
0,003
0,0001

Total agua dulce
35.029.110
100
-
Total agua en la tierra
1.386.000.000
-
100

La mayor parte del agua terrestre, por tanto, está contenida en los mares, y presenta un elevado contenido en sales. Las aguas subterráneas se encuentran en yacimientos subterráneos llamados acuíferos y son potencialmente útiles al hombre como recursos. En estado líquido compone masas de agua como océanos, mares, lagos, ríos, arroyos, canales, manantiales y estanques.
El agua desempeña un papel muy importante en los procesos geológicos. Las corrientes subterráneas de agua afectan directamente a las capas geológicas, influyendo en la formación de fallas. El agua localizada en el manto terrestre también afecta a la formación de volcanes. En la superficie, el agua actúa como un agente muy activo sobre procesos químicos y físicos de erosión. El agua en su estado líquido y, en menor medida, en forma de hielo, también es un factor esencial en el transporte de sedimentos. El depósito de esos restos es una herramienta utilizada por la geología para estudiar los fenómenos formativos sucedidos en la Tierra.

El ciclo del agua


El ciclo del agua implica una serie de procesos físicos continuos.
Con ciclo del agua —conocido científicamente como el ciclo hidrológico— se denomina al continuo intercambio de agua dentro de la hidrosfera, entre la atmósfera, el agua superficial y subterránea y los organismos vivos. El agua cambia constantemente su posición de una a otra parte del ciclo de agua, implicando básicamente los siguientes procesos físicos:
§  evaporación de los océanos y otras masas de agua y transpiración de los seres vivos (animales y plantas) hacia la atmósfera,
§  precipitación, originada por la condensación de vapor de agua, y que puede adaptar múltiples formas,
§  escorrentía, o movimiento de las aguas superficiales hacia los océanos.
La energía del sol calienta la tierra, generando corrientes de aire que hacen que el agua se evapore, ascienda por el aire y se condense en altas altitudes, para luego caer en forma de lluvia. La mayor parte del vapor de agua que se desprende de los océanos vuelve a los mismos, pero el viento desplaza masas de vapor hacia la tierra firme, en la misma proporción en que el agua se precipita de nuevo desde la tierra hacia los mares (unos 45.000 km³ anuales). Ya en tierra firme, la evaporación de cuerpos acuáticos y la transpiración de seres vivos contribuye a incrementar el total de vapor de agua en otros 74.000 km³ anuales. Las precipitaciones sobre tierra firme —con un valor medio de 119.000 km³ anuales— pueden volver a la superficie en forma de líquido —como lluvia—, sólido —nieve o granizo—, o de gas, formando nieblas o brumas. El agua condensada presente en el aire es también la causa de la formación del arco iris: La refracción de la luz solar en las minúsculas partículas de vapor, que actúan como múltiples y pequeños prismas. El agua de escorrentía suele formar cuencas, y los cursos de agua más pequeños suelen unirse formando ríos. El desplazamiento constante de masas de agua sobre diferentes terrenos geológicos es un factor muy importante en la conformación del relieve. Además, al arrastrar minerales durante su desplazamiento, los ríos cumplen un papel muy importante en el enriquecimiento del suelo. Parte de las aguas de esos ríos se desvían para su aprovechamiento agrícola. Los ríos desembocan en el mar, depositando los sedimentos arrastrados durante su curso, formando deltas. El terreno de estos deltas es muy fértil, gracias a la riqueza de los minerales concentrados por la acción del curso de agua. El agua puede ocupar la tierra firme con consecuencias desastrosas: Las inundaciones se producen cuando una masa de agua rebasa sus márgenes habituales o cuando comunican con una masa mayor —como el mar— de forma irregular. Por otra parte, y aunque la falta de precipitaciones es un obstáculo importante para la vida, es natural que periódicamente algunas regiones sufran sequías. Cuando la sequedad no es transitoria, la vegetación desaparece, al tiempo que se acelera la erosión del terreno. Este proceso se denomina desertización y muchos países adoptan políticas para frenar su avance. En 2007, la ONU declaró el 17 de junio como el Día mundial de lucha contra la desertización y la sequía".

El océano

El océano engloba la parte de la superficie terrestre ocupada por el agua marina. Se formó hace unos 4.000 millones de años cuando la temperatura de la superficie del planeta se enfrió hasta permitir que el agua pasase a estado líquido. Cubre el 71% de la superficie de la Tierra. La profundidad media es de unos 4 km. La parte más profunda se encuentra en la fosa de las Marianas alcanzando los 11.033 m. En los océanos hay una capa superficial de agua templada (12º a 30 °C), que ocupa entre varias decenas de metros hasta los 400 o 500 metros. Por debajo de esta capa el agua está fría con temperaturas de entre 5º y -1 °C. El agua está más cálida en las zonas templadas, ecuatoriales y tropicales, y más fría cerca de los polos.
Contiene sustancias sólidas en disolución, siendo las más abundantes el sodio y el cloro que, en su forma sólida, se combina para formar el cloruro de sodio o sal común y, junto con el magnesio, el calcio y el potasio, constituyen cerca del 90% de los elementos disueltos en el agua de mar.
El océano está dividido por grandes extensiones de tierra que son los continentes y grandes archipiélagos en cinco partes que, a su vez, también se llaman océanos: océano Antártico, océano Ártico, océano Atlántico, océano Índico y océano Pacífico.
Se llama mar a una masa de agua salada de tamaño inferior al océano. Se utiliza también el término para designar algunos grandes lagos.

El agua dulce en la naturaleza

El agua dulce en la naturaleza se renueva gracias a la atmósfera que dispone de 12.900 km³ de vapor de agua. Sin embargo, se trata de un volumen dinámico que constantemente se está incrementando en forma de evaporación y disminuyendo en forma de precipitaciones, estimándose el volumen anual en forma de precipitación o agua de lluvia entre 113.500 y 120.000 km³ en el mundo. Estos volúmenes suponen la parte clave de la renovación de los recursos naturales de agua dulce. En los países de clima templado y frío la precipitación en forma de nieve supone una parte importante del total.
El 68,7% del agua dulce existente en el mundo está en los glaciares y mantos de hielo. Sin embargo, en general, no se consideran recursos hídricos por ser inaccesibles (Antártida, Ártico y Groenlandia). En cambio los glaciares continentales son básicos en los recursos hídricos de muchos países.
Las aguas superficiales engloban los lagos, embalses, ríos y humedales suponiendo solamente el 0,3% del agua dulce del planeta, sin embargo representan el 80% de las aguas dulces renovables anualmente de allí su importancia.
También el agua subterránea dulce almacenada, que representa el 96% del agua dulce no congelada de la Tierra, supone un importante recurso. Según Morris los sistemas de aguas subterráneas empleados en abastecimiento de poblaciones suponen entre un 25 y un 40% del agua potable total abastecida. Así la mitad de las grandes megalópolis del mundo dependen de ellas para su consumo. En las zonas donde no se dispone de otra fuente de abastecimiento representa una forma de abastecimiento de calidad a bajo coste.
La mayor fuente de agua dulce del mundo adecuada para su consumo es el Lago Baikal, de Siberia, que tiene un índice muy reducido en sal y calcio y aún no está contaminado.
Efectos sobre la vida
Desde el punto de vista de la biología, el agua es un elemento crítico para la proliferación de la vida. El agua desempeña este papel permitiendo a los compuestos orgánicos diversas reacciones que, en último término, posibilitan la replicación de ADN. De un modo u otro, todas las formas de vida conocidas dependen del agua. Sus propiedades la convierten en un activo agente, esencial en muchos de los procesos metabólicos que los seres vivos realizan. Desde esta perspectiva metabólica, podemos distinguir dos tipos de funciones del agua: anabólicamente, la extracción de agua de moléculas —mediante reacciones químicas enzimáticas que consumen energía— permite el crecimiento de moléculas mayores, como los triglicéridos o las proteínas; en cuanto al catabolismo, el agua actúa como un disolvente de los enlaces entre átomos, reduciendo el tamaño de las moléculas (como glucosas, ácidos grasos y aminoácidos), suministrando energía en el proceso. El agua es por tanto un medio irremplazable a nivel molecular para numerosos organismos vivos. Estos procesos metabólicos no podrían realizarse en un entorno sin agua, por lo que algunos científicos se han planteado la hipótesis de qué tipo de mecanismos —absorción de gas, asimilación de minerales— podrían mantener la vida sobre el planeta.
Es un compuesto esencial para la fotosíntesis y la respiración. Las células fotosintéticas utilizan la energía del sol para dividir el oxígeno y el hidrógeno presentes en la molécula de agua. El hidrógeno es combinado entonces con CO2 (absorbido del aire o del agua) para formar glucosa, liberando oxígeno en el proceso. Todas las células vivas utilizan algún tipo de "combustible" en el proceso de oxidación del hidrógeno y carbono para capturar la energía solar y procesar el agua y el CO2. Este proceso se denomina respiración celular.
El agua es también el eje de las funciones enzimáticas y la neutralidad respecto a ácidos y bases. Un ácido, un "donante" de ion de hidrógeno (H+, es decir, de un protón) puede ser neutralizado por una base, un "receptor" de protones, como un ion hidróxido (OH-) para formar agua. El agua se considera neutra, con un pH de 7. Los ácidos tienen valores pH por debajo de 7, mientras que las bases rebasan ese valor. El ácido gástrico (HCl), por ejemplo, es el que posibilita la digestión. Sin embargo, su efecto corrosivo sobre las paredes del esófago puede ser neutralizado gracias a una base como el hidróxido de aluminio, causando una reacción en la que se producen moléculas de agua y cloruro de sal de aluminio. La bioquímica humana relacionada con enzimas funciona de manera ideal alrededor de un valor pH biológicamente neutro de alrededor de 7.4.

Las diversas funciones que un organismo puede realizar —según su complejidad celular— determinan que la cantidad de agua varíe de un organismo a otro. Una célula de Escherichia coli contiene alrededor de un 70% de agua, un cuerpo humano entre un 60 y 70%, una planta puede reunir hasta un 90% de agua, y el porcentaje de agua de una medusa adulta oscila entre un 94 y un 98%.

El uso doméstico del agua

Además de precisar los seres humanos el agua para su existencia precisan del agua para su propio aseo y la limpieza. Se ha estimado que los humanos consumen «directamente o indirectamente» alrededor de un 54% del agua dulce superficial disponible en el mundo. Este porcentaje se desglosa en:
·         Un 20%, utilizado para mantener la fauna y la flora, para el transporte de bienes (barcos) y para la pesca, y
·         el 34% restante, utilizado de la siguiente manera: El 70% en irrigación, un 20% en la industria y un 10% en las ciudades y los hogares.
El consumo humano representa un porcentaje reducido del volumen de agua consumido a diario en el mundo. Se estima que un habitante de un país desarrollado consume alrededor de 5 litros diarios en forma de alimentos y bebidas. Estas cifras se elevan dramáticamente si consideramos el consumo industrial doméstico. Un cálculo aproximado de consumo de agua por persona/día en un país desarrollado, considerando el consumo industrial doméstico arroja los siguientes datos:
Consumo aproximado de agua por persona/día
Actividad
Consumo de agua
Lavar la ropa
60-100 litros
Limpiar la casa
15-40 litros
Limpiar la vajilla a máquina
18-50 litros
Limpiar la vajilla a mano
100 litros
Cocinar
6-8 litros
Darse una ducha
35-70 litros
Bañarse
200 litros
Lavarse los dientes
30 litros
Lavarse los dientes (cerrando el grifo)
1,5 litros
Lavarse las manos
1,5 litros
Afeitarse
40-75 litros
Afeitarse (cerrando el grifo)
3 litros
Lavar el coche con manguera
500 litros
Descargar la cisterna
10-15 litros
Media descarga de cisterna
6 litros
Regar un jardín pequeño
75 litros
Riego de plantas domésticas
15 litros
Beber
1,5 litros
Estos hábitos de consumo señalados y el aumento de la población en el último siglo ha causando a la vez un aumento en el consumo del agua. Ello ha provocado que las autoridades realicen campañas por el buen uso del agua. Actualmente, la concienciación es una tarea de enorme importancia para garantizar el futuro del agua en el planeta, y como tal es objeto de constantes actividades tanto a nivel nacional como municipal. Por otra parte, las enormes diferencias entre el consumo diario por persona en países desarrollados y países en vías de desarrollo señalan que el modelo hídrico actual no es sólo ecológicamente inviable: también lo es desde el punto de vista humanitario, por lo que numerosas ONGs se esfuerzan por incluir el derecho al agua entre los Derechos humanos. Durante el V Foro Mundial del agua, convocado el 16 de marzo de 2009 en Estambul (Turquía), Loic Fauchon (Presidente del Consejo Mundial del Agua) subrayó la importancia de la regulación del consumo en estos términos:
"La época del agua fácil ya terminó...desde hace 50 años las políticas del agua en todo el mundo consistieron en aportar siempre más agua. Tenemos que entrar en políticas de regulación de la demanda"